En Aragón la tradición del Domingo de Ramos, pistoletazo de salida de la Semana Santa, es regalar a los niños un ramo de hojas de palma, normalmente decorada con chocolates y golosinas.
En Mi HABITACIÓN favorita hemos hecho una interpretación de la mona tradicional con un tierno brioche de mantequilla perfumado con ralladuras frescas de naranja y limón, anís y agua de azahar.
Combina deliciosamente con los mini huevos de praliné y es un regalo perfecto para los niños el Domingo de Ramos y merendar con ellos… si nos dejan un poco de mona.
Llega la Semana Santa, una época del año muy especial, llena de tradiciones que en Mi HABITACIÓN favorita no queremos pasar por alto. Por eso os ofrecemos ediciones especiales de algunas de nuestras tartas con las decoraciones propias de pascua.
La Mona de Pascua es una tradición muy asentada en toda España. En Aragón la receta tradicional es una torta de aceite y ralladura de limón decorada con anisetes y, naturalmente, un huevo duro. En Mi HABITACIÓN favorita hemos hecho una interpretación y nuestra Mona de Pascua es una oda a dos sabores clásicos que enamoran a grandes y pequeños: Chocolate y Praliné. Un postre de pascua delicioso, coronado con los tradicionales huevos de Pascua que hará las delicias de toda la familia.
El origen de estas decoraciones tan típicas a las que estamos acostumbrados es antiquísimo. No hay que olvidar que estas fechas marcan también el comienzo de la primavera. Las tradiciones paganas ya celebraban este acontecimiento.
Tanto el huevo como el conejo son símbolos de fertilidad y del despertar de la naturaleza tras el largo invierno.
La mitología germana representaba a la diosa de la primavera, Ostara, con estos símbolos. La tradición cristiana mantiene la asociación del huevo a la resurrección de Cristo ya que se cree que María Magdalena llevaba una cesta de huevos cocidos para compartir con otros seguidores de Jesús que se reunían en el sepulcro cuando descubrió a Cristo saliendo de él.
La costumbre de comer huevos y dulces está relacionada también con el fin de la cuaresma.
La costumbre de decorar huevos y regalar figuras de chocolate es mucho más reciente. En Estados Unidos el conejito de pascua llegó de la mano de los inmigrantes alemanes y mantienen la costumbre de esconder huevos de chocolate para que los niños los encuentren.